No sirvo para nada, no lo entiendo, no hago mas que sembrar y trabajar duro y no recojo los frutos, ni siquiera soy productiva, el dinero no me llega, nadie me entiende.
Stop. Stop. Stop.
Ha llegado el momento de respirar hondo y revisar ese diálogo interno, esas expectativas, y ya que lo hago, hacerlo de una forma positiva, productiva, y de dar las gracias.
Hace unos meses participé en un sorteo de libros gracias a David Soler y Empresa Activa y me tocaron! Eran tres:
Os voy a hablar de «Dar para recibir», uno de esos libros que ocupan las estanterías de «autoayuda» y que, como en otros tantos campos, los españolitos solo conocemos porque nos lo contó un amigo, aunque sean “best sellers”… El punto de partida con el que comienza su protagonista sería muy similar al primer párrafo de este post.
De los tres he elegido éste porque la base para el triunfo en cualquier disciplina tiene mucho que ver, desde mi punto de vista, con los postulados de este libro porque es aplicable al terreno personal y al profesional.
1. Hay que aportar valor
2. Más valor (calidad del producto/servicio) prestado a más personas = más ingresos
3. Poner los intereses de los demás por delante de los tuyos determina tu influencia
4. Lo más valioso que podemos dar a los demás somos nosotros mismos
5. Para poder dar tenemos que estar abiertos a recibir
A veces ante aproximaciones como las anteriores, como en el caso del protagonista del libro, nuestra primera reacción es ser escépticos, incluso irónicos, más allá aún, sarcásticos. Tachamos los planteamientos de ingenuos, buenistas y ¿por qué? Creo que es por nuestro miedo a exponernos, a perder en la batalla, pero ¿alguien nos asegura que ganamos de la otra manera? Como recuerdan los propios autores a las personas que reaccionan con risas que ante la afirmación de que el secreto del éxito es dar, que la mayoría de ellas es mucho menos exitosa de lo que desearía ser.
Venga, que nos arrepentimos más de lo que nunca nos atrevimos a hacer que de lo que hicimos y salió mal. Atrevámonos a dar 😉
8 comentarios
David Soler
mayo 10, 2011 at 9:29 pm
Es que el corto plazo nos puede, Pat. Esta bien leer este tipo de libros porque refuerzan tus principios.
Patricia de Andrés
mayo 10, 2011 at 9:39 pm
A mi personalmente me ha podido el corto plazo, al gazpacho mental, la procastinación y demás virtudes a comentar únicamente delante de una abuela de ésas que siempre serán bastiones de fe. Pero lo importante es no perder ese pepito grillo y volver a libros como éste que nos recuerdan cómo hacer las cosas bien.
Gracias de nuevo David
Francesc Mas @masfrancesc
mayo 11, 2011 at 11:41 am
De este libro me gusta mucho el punto 3 que hace referencia a poner los intereses de los demàs por delante de los nuestros, si bien esto determina la influencia, determina también el amor hacia el trabajo bien hecho. En el momento en que estás haciendo las cosas «por amor» (punto de vista empresarial), es lo máximo, y esta es la parte percibida como de gran valor por los demás. Tal como deciis el día a dia y el corto plazo nos pueden, pero también nos puede el YO-YO, el egocentrismo y pensar en primer lugar que voy a sacar yo, en vez de esperar al medio o largo para percibir el retorno de lo que hemos dado.
Gracias Patricia por tus tweets!!!
mandomando
mayo 11, 2011 at 1:32 pm
Me sacaste mas una sonrisa de ánimo que una de ironía, así que ¡gracias!
Si no me dura toda la tarde, me vuelvo a pasar xD
Patricia de Andrés
mayo 11, 2011 at 10:46 pm
Hola Francesc,
Bienvenido! Según la lectura que hago, el libro es un poco todo lo mismo: dar algunas respuestas ante el miedo a dar (sin recibir).
Tenemos miedo a que se aprovechen de nosotros, a quedarnos con cara de tontos, a exponernos y tener un no por respuesta. Pues sí, a veces pasa, y duele. Pero si una idea, un proyecto, una persona, te apasiona, te mueve… pues qué mejor que ese «amor al arte» si es lo que nos da la vida, eso no nos lo quita nadie.
Un saludo!
Patricia de Andrés
mayo 11, 2011 at 11:10 pm
Hola Mando!
Pues ésa era justo la idea al escribirlo, tus palabras son una gran recompensa.
Un abrazo
José Luis Casal
mayo 12, 2011 at 10:36 am
Sí, el corto plazo, el día a día, los imprevistos… pero nunca dejemos de tener claro el objetivo final e intentar trazar hacia él una línea lo más recta posible.
Buen libro y mejor post 😉
Toni Cortés
junio 6, 2011 at 9:34 am
Hola. Soy Toni Cortés.
Estoy muy de acuerdo en lo de que para recibir, primero es necesario dar. Hay que dejar el EGO de lado, pues es el principal enemigo, como bien se dice por ahí arriba, de los resultados a largo plazo.
Un libro muy recomendable para el buen hacer en unos tiempos de crisis en los que la picaresca y el «todo vale» trata de imponerse a las buenas prácticas que, como buena siembra, deben disponer los mejores y más maduros frutos para una futura cosecha.
Saludos,