Branding6Blackberry. Cómo pasa una marca de #lovemark a #failmark

Lo nuestro fue una  auténtica historia de amor con declaración incluida, Blackberry, eras mi lovemark. Me hacías tan feliz y estábamos tan compenetradas que jamás pensé que me decepcionarías, que no estarías a la altura, que pudiera serte infiel. No lo fui, directamente te abandoné.

El riesgo de ser una lovemark es que si conectas a nivel emocional con la persona, ya no le eres indiferente, espera más de ti que de la media. Sabe quién eres, se siente cercano y es más susceptible a sentirse defraudado.

Qué paso para que te convirtieses en una lovemark y por la misma razón cayeses en desgracia

 

  • Me conocías muy bien: sabías lo que quería y cómo satisfacerme.

Pero evolucionamos en caminos diferentes, yo cada vez pedía más aplicaciones, más navegabilidad, mejor cámara y tú seguías empeñada en ofrecerme lo mismo de siempre: más batería que los demás (cada vez menos), un teclado con el que trabajar a gusto (en un mundo cada vez más táctil).

Yo quería navegar, tú que contestase mails. Se nos acabó el amor de tanto usarlo.

 

  • Tu misterio: la ausencia de misterio

Al principio me hacía gracia esa declaración de intenciones pero con el tiempo me aburrí. Buscaba algo menos aséptico, algo más humano, algo con lo que pudiese estar a favor o en contra, algo que me hiciera estar en cierta tensión.

Buscaba misterio, una historia que contar a mis amigos de Blackberry Messenger, hasta que me fui quedando sola en un chat moribundo abandona por Whatsapp, sin futuro, sin esperanzas ni sueños en el mañana.

 

  • De sensualidad y provocación a simplemente funcional

Esa lucecita roja que parpadeaba a cada llamada, cada tuit, cada email, hacía que me encendiese. Los códigos fueron cambiando y tú seguías con las mismas técnicas, sin prestar atención a que el tamaño cobraba una importancia creciente (Samsung Galaxy es mucho más grande que tú), y que me debías imágenes más cuidadas y vibrantes (pantallas Amoled), más sonido en aplicaciones potentes (mira que te pedí Spotify y cuándo lo aceptaste). Terminé usándote sin placer, sin ganas, solo para cubrir las necesidades básicas de comunicación.

 

  • Teníamos algo único: intimidad

Sentías conmigo, la empatía estaba a la orden del día. Pero me dejaste sola, no me escuchabas, no reaccionabas. Dejaste a 70 millones de personas sin servicio de datos durante días. Dos veces.

Tenías un fuerte compromiso y construías relaciones  largo plazo…y cuando vi las barbas de mi vecino cortar… Eras el proveedor exclusivo del Pentágono, que más seguridad se puede pedir,  y de repente  dejaste de serlo.

En definitiva, perdimos la pasión.

 

  • Tus  valores te hacían única, no había nadie más fiable y confiable que tú.

Hasta que tus hechos los desmontaron y las consecuencias hacen que ya no te crea. Ni yo, ni muchos como yo…

Espero que te recuperes y puedas volver a ser una lovemark, no sé si lograrás recuperar mi confianza porque yo te di mi “lealtad más allá de la razón” y la traicionaste

Por cierto, muchas gracias a Kevin Roberts y a Lovemarks. Este post es la versión sencillita y abreviada de sus lúcidas exposiciones en el libro.

 

6 comentarios

  • jaime roca

    enero 31, 2012 at 9:37 am

    Estoy entre bastante y muy de acuerdo con tu descripción de como pasa una marca de un estado a otro. Y últimamente a menudo me pregunto durante cuanto tiempo seguiré como usuario, pero de momento valoro mas lo que me da BB que lo que no me da. Valoro su carácter ‘simplemente funcional’, la seguridad, etc. Cierto que el futuro del fabricante está impregnado de incertidumbre (que esperaban, perdieron el foco), pero ahora habrá que ver hacia donde va. Palm… Blackberry… quien y quien (los ha visto y los ve).

    Me ha gustado el post. Me gusta el blog.

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    • Patricia de Andrés

      enero 31, 2012 at 9:59 am

      Hola Jaime,
      Gracias por pasarte por aquí, veo que compartimos tema. Tenemos foco común según veo en tu post sobre el desposicionamiento de RIM.

      Estaba encantada con Blackberry pero creo que se han quedado estrepitosamente atrasados, y me cansé de esperar a que sacaran algo decente cuando yo necesito el dispositivo ya: para trabajar y para mi ocio. El mundo va muy rápido y los reyes son muy generosos. 🙂

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  • Santiago

    enero 31, 2012 at 9:55 am

    El caso Blackberry, más allá de las caídas de servicio, ha sido un calco de la poca visión que ha tenido Nokia, otra empresa que, hasta casi finales de 2010, ha estado funcionando con ideas de diez años atrás, creyendo que su alta penetración en el mercado la hacían invulnerable a los vaivenes tecnológicos. Falta de visión que también ha tenido Blackberry, anclada en el nicho de la fiabilidad del correo-e y sin mucho más que aportar a sus usuarios. Una empresa que no ha sabido ver que las opciones que facilitan sistemas operativos como iOS o Android, con sus mercados de aplicaciones, eran el camino a tomar.
    Era una caída que se preveía, tarde o temprano, y que sus fallos de servicio han adelantado. Ahora toca renovarse o morir; pero no renovarse con terminales más elegantes y baratos y un S.O. totalmente obsoleto, por mucho que se actualice. Renovarse prescindiendo de aquello que no funciona, a saber: Blackberry OS. Creo que, si RIM y su producto quiere sobrevivir, deberá adoptar un S.O. externo y empezar a desarrollar soluciones de correo fiables (en lo que son grandes expertos) para él.

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    • Patricia de Andrés

      enero 31, 2012 at 10:28 am

      Mil gracias por tu análisis Santi. No diría otra cosa que aaammeeennn

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  • Armando Liussi Depaoli

    enero 31, 2012 at 10:08 am

    Pat, le tengo que poner música, te juro que tengo una melodía resonándome al compás de la letra del post. La debacle de una lovemark tiene una cadencia de despedida, se puede decir que «duele» pecando de marketer tanguero. Pasar de gestionar una marca a gestionar un amor no se puede comparar y es lo que ha pasado. Aunque en las escuelas de negocio aún se olviden de enseñarlo y nuestras ex marcas amantes se hayan olvidado de ponerlo en práctica.

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    • Patricia de Andrés

      febrero 2, 2012 at 2:09 am

      Perdona Mando, no ví el aviso de comment. :-S

      Gestionar el amor y el desamor es mucho más difícil que gestionar los números. Lo racional siempre fue más fácil que lo emocional. Lo racional es lo que pensamos que somos, lo emocional es lo que sentimos que somos… y no sabemos pensar sin sentir, a veces no nos entendemos ni a nosotros mismos.

      Por eso querer ser una lovemark es arriesgado, difícil, tienes que estar en un segmento específico o crearlo tú mismo, porque la lealtad nos llevará más allá de la razón hasta que la decepción tiña nuestra mirada infantil. Y tendremos que mirar a los ojos y decir, «lo superaremos juntos». Y trabajar para volver a crear una promesa, una historia común, un misterio, un compromiso. Y mucha gente no entiende esas palabras, aunque salieran en los temarios. Aunque salieran en los balances.

      Pero nosotros tenemos pasión y sabemos que existen.

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