Marketing y Social Media4Los fuertes lazos débiles y el networking

Los lazos débiles son tan fuertes porque nos permiten ser quienes somos y encontrarnos con nuestros semejantes, no por relaciones basadas en el contacto físico sino por otros vínculos, como los intereses o las ideas.

Dos acontecimientos cercanos en el tiempo que se deben a la misma persona, han conectado dos áreas distintas de mi percepción y generan este post, por lo que casi podemos hablar de una autoría a medias.

Quería empezar por el principio, pero casi mejor por la mitad de la historia… Hace unos días Mando Liussi Depaoli (Mandomando) va y publica en su Facebook:

‎»¿Que quieres ser de mayor?» -dijo «Extranjero» -respondí – Que mejor manera de conocer sin pertenecer, de desarrollar la empatía de vivir premios y castigos, virtudes y defectos, sin tenerlos. De entender la alegría, sin estar alegre. De sufrir la obesidad, sin estar gordo. De vivir la energía de la juventud en la madurez y así mismo, disfrutar y doler antes de tiempo de la sabiduría y el agotamiento de los ancianos. Te entiendo, pero no soy tu. De alguna manera una buena metáfora de lo que serían los «lazos débiles» de las redes sociales, estos que me hacen sentir tan cerca de vosotros, sin ser vosotros.”

Antes de proseguir y explicar algo de cosecha propia, ¿qué narices son los lazos débiles? ¿es que hay lazos fuertes? Mark Granovetter desarrolló el concepto de lazo o vínculo fuerte y débil para referirse a los tipos de relaciones que tenemos y forman nuestras redes, y como lo hizo allá por 1973 no es que se centrara en lo virtual precisamente.

  • Lazos fuertes: los que establecemos con personas cercanas y con bastante interrelación, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo. Establecemos con ellos códigos de comportamiento común, rutinas conocidas, y corre mucha información contextual (lo que no se dice: gestos, frases hechas, guiños, miradas). En principio, estos lazos están más motivados para ayudarnos y son más disponibles, tienden a la transitividad y generan redes de confianza.
  • Lazos débiles: las conexiones con las que no tenemos gran interrelación, pero forman parte de nuestra red y nos enriquecen. Se crean relaciones menos estructuradas, en las que entran y salen miembros del grupo, se crean sub-grupos para transportar únicamente ideas. Es decir, se facilita un flujo de circulación que promueve la movilidad. La fuerza de un vínculo interpersonal es fruto de una combinación de tiempo, intensidad emocional, intimidad (confianza mutua) y los servicios recíprocos fruto del vínculo. Estos factores son independientes unos de los otros pero están muy interrelacionados.

Hace una semana Mando me invitó a la celebración del Beaujolais Nouveau que hacían los miembros del Admirals Business Club. El ABC es un grupo de networking que reúne a personas de distintas nacionalidades residentes en el sur de Barcelona, el denominado Garraf. Tienen distintas ocupaciones, distintas perspectivas pero las mismas ganas de compartir y de ir más allá del “vendo vendo” que se lleva en muchos otros grupos de este estilo. De hecho, creo que los que los/nos une es simplemente esa mirada de extranjero que apuntaba Mando más arriba. ¿ Y cómo llegué hasta este evento? a través de un post en el que hablaba de networking femenino, y al comentar descubrimos un interés común y cual ovillo de lana fuimos tirando del hilo y ¡fíjate! tuve la oportunidad de conocer personas interesantes, aprender cosas nuevas y pasármelo teta.

Y esto me lleva a la historia principal: lo de los lazos débiles es tan fuerte porque nos permite ser quienes somos y encontrarnos con nuestros semejantes, sí señor, así de fuerte. Por eso tiene tanta importancia en Internet, porque la mayoría somos muy frikies. Tenemos nuestro lado “entusiasta” de un tema, unas ideas peculiares, unos gustos concretos con la desgracia de no conocer a nadie en nuestra escalera que lo comparta, ni en nuestro barrio, jo ni en el trabajo. Pero ahí está la “larga cola”, nos metemos en Internet y encontramos la horma de nuestro zapato, gente a la que no nos une nada de nada y nos parecen amigos de toda la vida porque estaríamos horas charlando. Las relaciones basadas en los gustos, en las ideas, son relaciones mucho más sostenibles a largo plazo y enriquecedoras de lo que parece, porque además no tienen que adentrarse en la esfera íntima (ésa que adoras pero ha de ser muy reducida, porque a veces te reprocha que no has llamado esta semana o que no comes suficiente verdura 😉

Los detractores de los lazos débiles suelen referirse a que estas relaciones van a bulto y no se profundiza nada, y querría hacer una puntualización: para mí el lazo débil ha de ser lazo, nos hemos de enriquecer.

4 comentarios

  • Mando Liussi Depaoli (@mandomando)

    diciembre 2, 2011 at 11:03 am

    ¡Enhorabuena amiga, vaya mirada!

    Tengo una mezcla de sentimientos, pero el que prima es el de la alegría de haber contribuido a disparar tamaño post. Te confieso que cuando escribí lo de «me gusta ser extranjero» en Facebook pensé que pocos me iban a entender y menos que iba a resultar un disparador. Ahí la magia de las redes y de los lazos enriquecidos 🙂

    Y justamente ayer desde Forbes (http://j.mp/rVzfMn) «redondeaban» el círculo: a las «culturas de los lazos fuertes» nos haría mucho bien aprender a gestionar la superficie antes que la profundidad.

    Pero sobretodo me encanta el post, que hayas hilado la «historia entre las historias», storytelling total 🙂 … congrats once again!

    Abrazo de weekend!
    Mando

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    • Patricia de Andrés

      diciembre 2, 2011 at 11:39 am

      Pues si eres coautor! Estábamos en la parada del autobús, hemos mirado al cielo a la vez y justo pasaba una estrella fugaz: qué bonito momento para compartir.

      En realidad, a lo que yo quiero llegar es que de esos lazos débiles cuando surgen lazos fuertes, la profundidad y la sintonía es «agongojante», mucho más que si lo que te une son «causas naturales» pero que no se llega con todo el lazo débil que se te cruza por el camino, ni falta que hace. Y que los fuertes, los fuertes de verdad tampoco son 150, casi ni 15. que como en todo, hay mucho gris pero que esta cultura en la que vivimos a veces hace demasiado trascendente todo 🙂

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  • Sergio Montoro Ten

    diciembre 13, 2011 at 10:35 pm

    Las personas pueden establecer lazos fuertes instantáneamente sólo en base a pequeños detalles compartidos. Pondré un ejemplo concreto: si conoces a alguien en un cóctel y eres del mismo partido político o de la misma religión (cosas aparentemente importantes) eso crea poca o ninguna conexión, pero si sois del mismo pueblo (sin saberlo) o resulta que ambos fumais puros habanos en secreto cuando nadie os vé, entonces de seguro que al cabo de 10 minutos estareis los dos en el balcón en tootal intimidad separados del resto mientras cooperais para mantener viva contra el viento la llama del mechero.

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    • Patricia de Andrés

      diciembre 13, 2011 at 11:05 pm

      Hola Sergio,

      Claro que sí, y yo defiendo que a partir de unos buenos lazos débiles se crean los mejores lazos fuertes. Si coincidimos en un evento y me dices que somos del mismo pueblo es posible que tengamos conversación para un rato, pero si me dices que vienes de La pastilla roja seguro que no me despego en un buen rato: te comentaría los chistes que más me gustan, hablaríamos de mi fijación sobre el Internet libre, seguro que nos daría para un rato, te preguntaría mil historias y curiosidades y seguro que nos echaríamos unas risas, porque tenemos long tail común.

      Las personas se enamoran después de una mirada en el metro, los lazos fuertes «están en el aire». A lo que me refería es que no siempre es imprescindible un alto nivel de tiempo, intensidad emocional, intimidad y servicios recíprocos, y que las ideas unen 🙂

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